La lana de roca es un material de origen mineral muy utilizado en aislamientos térmicos y en aislamientos acústicos.
El aislamiento de lana de roca ofrece una excelente protección contra el frío, el calor, el ruido y el fuego. En este artículo te lo contamos todo sobre este material ecológico y sostenible
Este material comenzó a producirse a principios del siglo XX en Hawái. A partir de una erupción volcánica se formaron las fibras que componen el material. Se trata de un producto fabricado a partir de roca volcánica, compuesto por una estructura fibrosa.
La empresa Rockwool comenzó su comercialización en Hedehusene, Dinamarca, en 1937. Para su fabricación se simula el proceso que tiene lugar en el interior de un volcán, fundiendo roca balsática a más de 1600 ºC en un horno, con el objetivo de formar las fibras que dan lugar a la "lana" que se comercializa.
La lana de roca es uno de los materiales de aislamiento más utilizados en la construcción. De origen natural, ofrece un aislamiento térmico y acústico excelente, además de proteger contra el fuego al tratarse de un material incombustible.
Gracias a su coeficiente de conductividad térmica bajo, la lana de roca es uno de los materiales de aislamiento térmico más utilizados.
Las viviendas y edificios que cuentan con este material, consiguen un mejor confort y un ahorro en energía más óptimo.
La estructura fibrosa de la lana de roca consigue disipar la energía sonora y las vibraciones del aire.
En las viviendas modernas, en numerosas ocasiones, es necesario realizar aislamientos acústicos, con el objetivo de mejorar el descanso y el confort. Utilizar este material es sencillo y se puede aplicar en cualquier estancia de una casa, sin importar cual sea su tamaño.
Este material tiene una calificación A1. Tiene un excelente comportamiento contra el fuego, soportando temperaturas superiores a 1.000 ºC y frenando la propagación del fuego. Por eso es un material tan utilizado para rellenar cámaras de aire.
Evita la aparición de humedades en paredes y techos. Además proporciona una protección a las fachadas, evitando su degradación, ofreciendo una protección contra la humedad.
La lana de roca es permeable al vapor, esto evita que se produzcan manchas, moho y malos olores en techos, suelos y paredes. Es ideal para baños y cocinas, por su eficacia contra el vapor de agua.
La lana de roca no necesita ningún mantenimiento para su conservación. Gracias a su resistencia a los cambios de temperatura, al viento o a la humedad, no se suelen realizar revisiones hasta pasados unos 60 años. Al tener un origen natural, de tipo volcánico, no existen factores externos que afecten a sus propiedades.
Optar por la lana de roca es una apuesta segura para cualquier vivienda. Además de su protección térmica, acústica o contra incendios, evita la aparición de bacterias, hongos y moho en los lugares en los que se instala.